La Historia semeja - en muchos aspectos - un organismo viviente. En ella están enquistadas - como cánceres en remisión que rebrotan esporádicamente en diferentes centros "civilizados" - ideas y acciones dirigidas primero a desacreditar, luego a reprimir, y - cuando todo falla - por último a eliminar (al estilo de la solución final del nazismo alemán) sectores humanos considerados peligrosos para la Humanidad. Lo que está sucediendo en Uganda es un ejemplo clásico de esa última fase de los paranoicos con poder, de la solución ulterior que ellos han aupado e implementado para resolver el "problema homosexual" en su país.
Afortunadamente, también han existido - a través de la Historia - grupos e instituciones de la sociedad civil, así como individuos corajudos, que han enfrentado el peligro, que no han permanecido pasivos e inactivos frente a la mentira, la injusticia y el crimen. El reverendo ugandés Christopher Senyonjo es uno de ellos. Honremos y apoyemos su empeño y fortaleza con todos los medios posibles.
KAMPALA, Uganda (AP) - Hombres jóvenes cantan himnos y recitan la Biblia antes de que el reverendo Christopher Senyonjo dé un sermón sobre la sexualidad humana. Cuando el servicio ha terminado, algunos van a su escritorio, uno a uno, para consejería que ningún otro líder religioso de Uganda ofrece a los gays.
Reverendo Christopher Senyonjo |
Por atender a los homosexuales, Senyonjo lo han distanciado de la iglesia anglicana de Uganda. Se le impidió presidir los eventos de la iglesia en 2006, cuando no se detuvo en instar a sus líderes a aceptar los gays. La parroquia que en una ocasión dirigió, ni tan siquiera reconoce su presencia cuando asiste a sus servicios dominicales, lo que subraya cómo su carrera ha sufrido a causa de su tolerancia hacia los gays en un país donde los homosexuales - y los que los aceptan - sufren discriminación.
"Dijeron que debía condenar a los homosexuales", manifestó, refiriéndose a los líderes anglicanos de Uganda. "No puedo hacer eso, porque fui llamado a servir a todas las personas, incluyendo a los marginados. Pero dicen que estoy impedido hasta que me retracte. Todavía soy miembro de la iglesia anglicana."
En un comunicado a principios de este año, el jefe de la iglesia anglicana en Uganda, Monseñor Stanley Ntagali, dijo que la iglesia se ha comprometido a ofrecer "curación y oración" para las personas "que están confundidas acerca de su sexualidad o luchando con quebranto sexual."
Senyonjo está en desacuerdo con esa postura, argumentando que debido a que "en toda sociedad hay un pequeño número de personas que tienen tendencias homosexuales," no se puede esperar que los gays cambien su orientación sexual.
El bajo y fornido clérigo, de 82 años de edad, es una presencia tranquilizadora para los homosexuales ugandeses golpeados por el sentimiento anti-gay rampante en todo el país de África oriental. Muchos gays en Kampala, capital de Uganda, han huido de sus hogares a lugares que estiman más seguros, dijo Senyonjo un domingo reciente mientras esperaba que el primer miembro de la congregación llegara a su iglesia improvisada del tamaño de una pequeña oficina. Un hombre se sentó en silencio, y luego dos más. En el pasado, Senyonjo señaló, muchas más personas han estado atendiendo. Lo caual puede indicar que algunos gays están temerosos incluso de asistir a su servicio ahora.
La homosexualidad era - en gran medida - un tema no hablado en Uganda hasta que un legislador, alegando que quería proteger a los niños de Uganda de los homosexuales occidentales adinerados, presentó un proyecto de ley en 2009 que originalmente propuso la pena de muerte para algunos actos homosexuales. La legislación – muy popular en Uganda, pero condenada en el extranjero como draconiana – permite hasta cadena perpetua por actos homosexuales. Al firmar el proyecto de ley el mes pasado, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, dijo que quería disuadir a Occidente de promover la homosexualidad en África.
Homosexuales ugandeses dicen que la nueva ley fue alentada por algunos evangélicos de los Estados Unidos que querían difundir su agenda anti-gay en África. Senyonjo afirma que esto no es una acusación sin fundamento. Dijo que un día, en 2009, asistió a un seminario en un hotel de Kampala donde escuchó a un evangélico norteamericano, Scott Lively, hablando fuertemente en contra de la homosexualidad. Lively, quien ha dicho previamente - a The Associated Press - que aconseja terapia para los gays, niega instar penas severas. Desde entonces ha sido demandado en un tribunal federal en virtud del Alien Tort Statute, que permite a los no ciudadanos a presentar una demanda en los EE.UU. si hay una presunta violación del derecho internacional.
La promulgación de la nueva ley anti-gay de Uganda colmó de miedo a los homosexuales. Ha obligado muchos a huir a las llamadas "casas de seguridad", donde sus nuevos vecinos no saben quienes son. Estas casas suelen ser habitaciones individuales, cerradas casi día y noche por razones de seguridad. Una pareja, jugando a las cartas en su habitación, dijo que huyeron de una multitud enojada en su antiguo barrio.
Otra pareja, aburrida de pasar tanto tiempo en el interior, planea cómo huir de Uganda cuando sus documentos de viaje estén listos. Muchos están sin trabajo ni perspectivas en el barrio pobre de Kampala donde viven.
Líderes homosexuales ugandeses dicen que la medida anti-gay ha fomentado la ira pública contra los homosexuales. Un clérigo ugandés - que se opone firmemente a la homosexualidad - ha anunciado planes para celebrar una manifestación masiva en Kampala el lunes para agradecer a los líderes de Uganda el pasaje de la medida anti-gay, pese a la presión occidental. Al otro día de que la medida fuese sancionada, un tabloide ugandés imprimió los nombres, y algunas fotos, de gente que afirmaba eran " los 200 principales homosexuales de Uganda”. Dicha lista incluye Senyonjo como presunto gay "simpatizante". El reverendo declaró que la publicación no lo asustó, y ha instado a los gays a no dejarse intimidar.
La oposición de Senyonjo a la discriminación contra los gays le ha ganado el estatus de "dignatario" a los ojos de la asediada comunidad gay del país, dijo Pepe Julian Onziema, un líder gay prominente en Uganda que ha conocido Senyonjo por muchos años. "Nuestra relación consiste en darnos apoyo mutuo. La reacción violenta que recibimos es la misma", dijo Onziema, quien agregó que Senyonjo ha tomado "una postura muy corajuda y brava." Senyonjo dice que vive de "regalos" de sus hijos y amigos, después que su pensión fue cortada como "una especie de castigo" por sus actividades a favor de los homosexuales. "Ellos (los líderes de la iglesia) cortaron mi pensión". "Es muy difícil, incluso para mi familia. Pero tengo la verdad, y ella me ha hecho libre".
Senyonjo es padre de diez hijos, y a veces se ve obligado a reafirmar su heterosexualidad. Un joven declaró recientemente, en una parroquia anglicana, que Senyonjo había sido testigo de su pasado homosexual. El hombre, quien ahora dice que es heterosexual, dijo que Senyonjo fue parte de un grupo con el cual él viajó a la vecina Kenia para asistir a un seminario sobre derechos de los homosexuales. Ese evento "humillante" - recordó Senyonjo – pudo hacer creer a algunas personas que él es gay en secreto. El clérigo dijo que estaba contento de que su esposa no estaba en la iglesia ese día. "Soy heterosexual", afirmó en el reciente domingo que atendió a los tres jóvenes. Ese día, el sermón de Senyonjo estuvo centrado en lo que dijo era la falta de conocimiento acerca de la sexualidad humana. "Los aconsejas, y encuentras que realmente son… homosexuales ". "No puedes decirles, 'No sea eso.' Si alguien es africano, y le dices que no es africano, entonces no estás haciendo bien alguno".
La periodista Rebecca Vassie, de la Associated Press en Kampala, Uganda, contribuyó con este reportaje.
+ Traducido del inglés al español por Oliverio Funes Leal +