Cercano al cumplimiento del undécimo aniversario de su creación, el sitio PAQUITO EL DE CUBA pareció terminar bruscamente. ¿Aburrimiento del creador? - pensé. Conozco el sentimiento. O no, quizás fue debido a restricciones por parte de fuerzas mayores. Pero no, después de un hiato de tres meses, voilà, a instancias de amigos y conocidos Paquito publicó un lindo video sobre la paternidad y el Día de los Padres.
Establecido por el gay cubano, y activista de HIV+, Francisco Rodríguez Cruz, este sitio web ha tenido siempre una perspectiva puramente oficialista; y por tanto, un contenido comprometido que ha mermado su respetabilidad. Reconozco, una aserción personal basada en el perenne clímax que siempre se le ha infundido al sitio.
Paquito el de Cuba fue concebido siguiendo directivas superiores, no por voluntad propia de su creador; y quien, siendo miembro del Único Partido de Cuba, expresó esa realidad desde un inicio. La intención siempre fue reflejar, en esa importante y controversial temática, una perspectiva favorable y constructiva para el gobierno cubano. Pero sucede que la realidad no es simple, existen momentos de anticlímax. No reconocer, o aceptar, el vaivén intrínseco de cualquier proceso, lleva eventualmente al tedio, el rechazo y hasta el ulterior fracaso. Esa es una de las posibilidades por la cual Paquito el de Cuba parece estar esfumándose. Francisco descarta, o condesciende, todo aquel o aquello que diside de sus ideas y principios políticos; los cuales son, en definitiva, casi cien por ciento gubernamentales.
Según la Real Academia Española, DISIDIR significa: separarse de la común doctrina, creencia o conducta. De acuerdo a esta definición, cualquiera de los miembros de la comunidad LGBT es intrínsecamente un disidente; por eso muchos nos odian, aunque la causa de ese odio varía en motivaciones, y posee diferentes máscaras.
Ahora bien, disidir es esencial e importante para la evolución de cualquier idea o materia. A través de los siglos, la mayoría de las naciones y culturas avanzadas han aprendido que el aplastamiento de la disensión conlleva adversidades, penas y - ¡peor aún! - resistencias. También han aprendido a usar los aspectos positivos y productivos innatos a la disensión. El juego político alrededor del tema evolucionó de cómo eliminarla, a cómo desarrollarla. A través del tiempo, esa ha sido la clave para alcanzar la añorada, y todavía lejana, estabilidad social; y por ende, económica, política y cultural de la Humanidad.
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