"En una decisión histórica del 15 de Mayo de 2008, la Corte Suprema de Justicia del estado de California declaró la prohibición de casamientos entre personas del mismo sexo, por parte de ese estado, como inconstitucional por su carácter discriminatorio. La opinión mayoritaria, encabezada por su Presidente, Ronald M. George, declaró que cualquier ley que discrimine sobre la base de la orientación sexual, a partir de este momento se le considerará constitucionalmente sospechosa en California, de la misma manera que las leyes que discriminan por raza o género. Esta decisión hace al tribunal supremo de este estado el primero en la nación en adoptar ese tipo de criterios tan estrictos.
Primero Massachussets, y ahora California, son los dos únicos estados de la unión americana que reconocen legalmente el matrimonio de parejas del mismo sexo. Connecticut, Vermont, New Jersey y New Hampshire han creado uniones legales que, aunque no son llamadas matrimonios, son explícitamente definidas como ofreciendo todos los derechos y responsabilidades de los respectivos estados. Maine, Hawaii, el Distrito de Columbia, Oregon y Washington han creado uniones legales para parejas del mismo sexo que ofrecen variados subconjuntos de derechos y responsabilidades matrimoniales bajo las leyes de esas juridicciones. Sin embargo, el gobierno federal de los Estados Unidos no reconoce los matrimonios del mismo sexo de Massachusetts y California, como consecuencia de una ley conocida como Acta de Defensa del Matrimonio, promulgada en 1996, que define explícitamente al matrimonio como la unión de un hombre y una mujer para los propósitos de la ley federal.
De acuerdo con la Oficina de Contabilidad General (GAO) del gobierno federal, éste confiere más de 1,138 derechos y protecciones a los ciudadanos de los Estados Unidos al contraer matrimonio. Entre ello están los beneficios del seguro social, beneficios de veteranos, seguro de salud, Medicaid (seguro de salud suplementario para el individuo de pocos recursos), visitas de hospital, impuestos estatales, ahorros para la jubilación, pensiones, ausencias por razones de familia, y la ley de inmigración. Pero muchos aspectos de la leyes sobre el matrimonio que afectan la vida diaria de los habitantes de los Estados Unidos están determinados por los estados, no por el gobierno federal, y el Acta de Defensa del Matrimonio no impide que cada uno de los estados defina al matrimonio como lo considere oportuno. En realidad, la mayoría de los juristas creen que el gobierno federal no puede imponer por decreto una definición del matrimonio en las legislaciones de los diversos estados."
Información tomada de Wikipedia, la enciclopedia libre.
No pude dejar escapar la oportunidad de ser testigo de un acontecimiento maravilloso en la Alcaldía de San Francisco, complementado con un día típico de esta hermosa ciudad, abundante en sol, frescura y belleza natural. Con alegría, me uní al grupo pequeño de caracteres que aplaudían a cada una de las parejas que entraban para formalizar su unión matrimonial; o que ya salían sonriendo, algunas con expresiones exuberantes, y otras con timidez, sosteniendo en alto sus certificados confirmando la legalidad añorada desde hace mucho tiempo. Alguien vino vestida como la Estatua de la Libertad para celebrar; otro trajo una trompeta para saludar estrepitosamente, con una marcha nupcial desafinada, cada una de las parejas vitoreadas. Arroz y pétalos de flores llovían sobre los homenajeados a su paso, cubriendo el piso con una textura irregular y colorida.
¡Qué país tan hermoso! ¡Donde lo cotidiano, lo normal para una mayoría, puede convertirse en transcendental y definitorio para una minoría descriminada. Esto último, gracias a la capacidad y a la libertad para organizarse por parte de sus ciudadanos; para decidir sus destinos haciendo uso de la voluntad, la perseverancia y, aunque en algunas ocasiones desalentados, la fe en un sistema democrático cuya imperfección no por ello deja de protegerlos. Los logros obtenidos aquí por los homosexuales no son producto de decretos condescendientes, como ocurre en Cuba, por parte de quienes en realidad desestiman los derechos individuales en general, sino a través de un ejercicio ciudadano que pone a trabajar a su favor los diferentes recursos cívicos acequibles en cualquier sociedad libre.Para muchos homosexuales, el matrimonio no es una prioridad. Ahora bien, el derecho a ejercer esa opción si lo es. Entre los presentes, hubo gays que necesitaron manifestar su desdén hacia esa institución por medio de atuendos extravagantes y expresiones sarcásticas. Fueron respetados en su irreverencia, y vitoreados también después de tomarse un breve tiempo para expresar su posición. Afortunadamente, ningún grupo religioso extremista vino a molestar con sus consabidas arengas sobre el Juicio Final. De todos modos, esto es algo que a mi no me preocupa. Si debo irme al Infierno, sé bien cual voy a escoger: uno socialista, al estilo cubano. ¡Si conoces la broma, entenderás a que me refiero, y el motivo de mi selección!
Tomé algunas fotos del lugar que comparto con el lector. ¡Espero que las disfruten, y las compartan, con sus amigos! ¡Me fuí de allí con una sonrisa constante, que llegó a producirme dolor en el rostro por su prolongada permanencia!