Por su importancia para los asuntos de la comunidad LGBT cubana, creo interesante reproducir íntegramente esta entrada publicada por el bloguero cubano Francisco Rodríguez en su bitácora Paquito el de Cuba.
Pese a que su cuestionamiento refleja un caso particular – en referencia al señor Navid Fernández Cabrera, empleado de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) de Cuba – indiscutiblemente la situación de esta persona no ha sido/es/ni será única en el país. Por el contrario, el suyo es un fenómeno homofóbico crónico y persistente en muchas instituciones gubernamentales cubanas – a través de décadas de injusticias camufladas con supuestos principios morales e ideológicos – que requerirá mucho esfuerzo determinado y múltiple para controlarlo y llegar a erradicarlo eventualmente. Desafortunadamente, no hay escapatoria profesional en una situación como la del señor Fernández Cabrera. Hasta el presente, las instituciones gubernamentales son las únicas que pueden operar autorizadamente en el país. Ellas solas son la opción viable para el desenvolvimiento profesional de cualquier individuo que esté interesado en su desarrollo personal. Sobre todo, cuando se aspira a dejar una marca significativa en la sociedad.
Aparte del impacto negativo – tanto en la arena nacional como en la internacional – que este tipo de incidente pueda traer a otras instituciones educativas similares, así como también a las políticas conciliatorias del gobierno cubano hacia la comunidad LGBT de la isla; no debe olvidarse, con preferencia, al individuo que ha sido afectado seriamente por el acoso pernicioso de los elementos homofóbicos enunciados. Sobre todo si tomamos en cuenta que ellos, además, se sienten estimulados en sus acciones intimidatorias porque actúan con la venia – y cuando menos, la desidia – de las autoridades competentes en el caso.
Aunque de poco peso, me solidarizo personalmente con el señor Navid Fernández Cabrera. Le deseo un desenlace justo y feliz a su situación. Gracias a Francisco Rodríguez, creador de Paquito el de Cuba, por su sensibilidad solidaria hacia el señor Fernández al hacer público lo sucedido. Espero que no haya repercusiones desfavorables en su contra a causa de su integridad.
A continuación, el artículo publicado en Paquito el de Cuba:
¿Homofobia institucional en Universidad de Ciencias Informáticas? o ¿a quién molesta la Fiesta de los Tuix? por Francisco Rodríguez
Tres fines de semana solamente sobrevivió esta vez la discoteca gay o Fiesta de los Tuix en la Sociedad Cultural Rosalía de Castro, cuyo creador, Navid Fernández Cabrera, acaba de renunciar a su empleo en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), por un presunto acoso homofóbico. Como esta amarga historia involucra directamente a esta bitácora, con la cual yo solo busco hacer el bien lo mejor que puedo, me veo en la obligación moral de hacer pública, con el consentimiento del afectado, su carta de dimisión.
Correspondería a la dirección de la UCI y a todas aquellas instituciones y personas que guarden relación con estos hechos, investigar, esclarecer y adoptar las medidas o brindar las satisfacciones que consideren pertinentes. Con independencia de cuánta exactitud o subjetividad puedan tener las aseveraciones que sostiene el promotor cultural en su misiva, lo cierto es que él sintió tal animadversión en su contra, como para tomar la drástica decisión de pedir la baja, y ese solo elemento ya debería bastar para que las autoridades de ese centro de altos estudios y del Ministerio de Educación Superior tomaran cartas en el asunto.
A ello debemos sumar que por las causas aquí descritas o por otras que desconocemos, vuelve a quedar sin amparo institucional esa sana opción recreativa a precios módicos para la comunidad de lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros que Navid trata de sacar adelante desde hace casi exactamente un año.
Quiero enfatizar que hago estas consideraciones y publico este documento a título individual exclusivamente, por la responsabilidad que siento luego de haber contribuido en este mismo espacio a divulgar el positivo hallazgo que para mí significó la Fiesta de los Tuix desde sus inicios. No espero ni necesito respuestas personales o públicas.
Como activista, me sentiría más que satisfecho si esta alerta sirviera como motivo de reflexión en esa o en otras universidades cubanas, para evitar que otros casos similares ocurran en el futuro. Si algo me atrevería a sugerir, sería que la Federación de Estudiantes Universitarios en la UCI, junto con la dirección del plantel, promovieran en algún momento un debate público sobre la diversidad y el derecho a una libre orientación sexual e identidad de género, para lo cual casi estoy seguro que hallarían el apoyo del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y de sus redes sociales, si así lo solicitan.
Y reitero toda mi solidaridad y apoyo a Navid Fernández Cabrera, a quien le deseo éxito con la Fiesta de los Tuix, dondequiera que esta reabra sus puertas, pues estoy seguro de que él lo conseguirá.
Aquí les transcribo su carta, tal y cómo me la envío su autor, salvo algunas modificaciones mías en la puntuación y en pequeños detalles formales:
18 de noviembre del 2011
Año 53 Aniversario de la Revolución
A quien pueda interesar:
Por medio de la presente solicito de forma oficial mi baja de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI). Esto está dado por una serie de inconformidades que poseo y se han ido acumulando a lo largo del año que he laborado en la institución. Citaré algunos elementos, que pueden ser aclaratorios de mi decisión:
1.- En el mes de enero del 2011 se publico en la Universidad, en la página de la facultad 8, un enlace con el blog de Paquito el de Cuba, cuyo título del documento fue: “Primera discoteca gay estatal en pesos cubanos en La Habana”. En dicho reportaje se hace alusión a la Fiesta de los TUIX, una opción recreativa para la comunidad gay de la capital, que creé en el Restaurante El Sótano, sito en Muralla y Compostela en la Habana Vieja. Esta publicación me trajo problemas dentro de la Universidad entre ellos una vorágine tremenda de emails de personas homofóbicas, algunos de ellos profesores, trabajadores, estudiantes y hasta directivos. Además de convertirme en muy poco tiempo en una de las personas más buscadas dentro de la Universidad, en ocasiones por la comunidad gay y en otras ocasiones por personas homofóbicas. En el mes de abril se publica nuevamente en el mismo sitio de la Universidad, otro artículo “Una salida a la Fiesta de los TUIX”, en esta ocasión de Julius Ronda. Sobre mí nuevamente recayó la mano de la comunidad homofóbica de la Universidad. En el mes de abril del 2011 tuve un fuerte altercado con la Directora de Supervisión y Control de la Universidad (jefa inmediata superior), situación que en los momentos actuales considero que aún existen desavenencias por tal motivo, que han influido seriamente en la explotación de mis capacidades intelectuales en función de la Universidad.
2.- En el mes de mayo, a pocos días de haber ocurrido el altercado, recibí una llamada anónima, amenazándome de muerte. Esa misma semana se me realizaron comprobaciones, por parte de alguna persona de la Universidad, en mi municipio de residencia, con cierto grado de agresividad, tratando de obtener aspectos negativos de mi vida personal, laboral, política y social. Al parecer se buscaba información quizás para llevar a cabo un chantaje, para que abandonará la Universidad. Colateralmente a este suceso, la Discoteca Gay estaba siendo cerrada.
3.- Toda esta información, con la descripción de la persona que fue a realizar las comprobaciones a mi municipio de residencia, y las personas que estaban dispuestas a colaborar en la identificación de la misma, fue entregada al Rector de la Universidad, a través de su jefe de despacho y al jefe de la Seguridad de la Universidad, sin recibir respuesta alguna por ninguno de los dirigentes, aunque existían un grupo de evidencias de fácil comprobación.
4.- Estos aspectos antes mencionados llevaron a que en varias ocasiones me haya encontrado sin contenido real de trabajo, una de las razones que me motivó comenzar a impartir clases en la facultad 3 de la Asignatura Auditoría Informática, además de aumentar la cuota de conectividad en Internet. Esta labor la realice el pasado curso académico sin interés monetario alguno, sin embargo, en el mes de septiembre del presente curso académico, la Directora me pidió de una forma casi impositiva que me categorizara, pues ella no iba a aceptar que la facultad solicitara que me evaluaran en la categoría “superior” por estar impartiendo clases de forma gratuita, cuando realmente este aspecto jamás ha influido en mi evaluación del desempeño.
5.- El próximo mes de enero cumplo 10 años trabajando en temas relacionados con el control interno, la supervisión y las inspecciones estatales. Siempre me he caracterizado por ser intransigente, incorruptible y sobre todo justo y honesto, fe de ello lo puede dar la Dirección de supervisión y control de la empresa de Software de Cuba o la misma Dirección del Ministerio de Inversiones Extranjeras, actualmente fusionada con el MINCEX. Siempre he denunciado lo mal hecho, y como persona que llevo algunos años en la tarea, aprendí que primero uno se debe hacer conjeturas y a posteriores ir a corroborarlas. He transmitido a la Dirección de Supervisión y Control algunos aspectos en que no estoy de acuerdo con la forma de proceder por parte de la Universidad, sobre todo en la política de cuadros, pues personas que fueron sustituidas de sus responsabilidades por falta de control, se encuentran laborando con responsabilidades y con la custodia de recursos.
6.- Me incorporé a trabajar en al Universidad como un reto profesional, se deseaba implementar un sistema de Control Interno. Hoy puedo decir que la Universidad dista mucho de implementar dicho sistema, y la Dirección encargada para este fin se ha convertido en una Dirección de Auditoría Interna. Nunca me ha interesado ser auditor, ni controlador, siempre he trabajado en función de las supervisiones integrales a sistemas de calidad, pues fue para lo que me formé durante varios años, dentro del Ministerio de Inversiones Extranjeras y el Ministerio de Informática y las Comunicaciones.
Por tales razones, me he ido apartando dentro del equipo laboral, ya que me siento excluido (quizás sea mi apreciación), en ocasiones por falta de trabajo y en otras por falta de atención. Mis niveles de exclusión han llegado a tal punto que desde el mes de mayo no me considero parte del colectivo. Todo este proceso que he estado confrontando en la dirección, en ocasiones producto al grado de tensión e incomodidad que he experimentado, estando agresivo y en ocasiones deprimido, afectan seriamente mi estado de salud.
Recientemente se originó la apertura de “La Fiesta de los TUIX” en el Centro Cultural Rosalía de Castro. Solamente funcionó tres fines de semana, pues al presidente de la sociedad personas homofóbicas lo bombardearon en foros sociales, por lo que decidió proceder a la cierre de la Fiesta. Según él, estaba dado por personas de la Universidad, los cuales intentaron resquebrajar mi integridad ante el Presidente. Al ser mi interés personal que dicha fiesta funcione y brindar una estabilidad de la misma a la comunidad gay de la capital, y evitar posibles problemas futuros con la Universidad, es también lo que me ha motivado a solicitar la baja.
Sin otro asunto,
Navid Fernández Cabrera.