Como acostumbro casi a diario, esta mañana me senté a la ventana de mi cuarto para abofetearme con mi primera tasa de café cubano, y con las noticias de actualidad. Es un hábito contraproducente en realidad: el café y la lectura de historias alarmantes agitan mis neuronas, forzándolas a despertarse y chisporrotear. El ambiente afuera, por el contrario, casi siempre es tranquilo, acentuado por el azul del cielo, el verdor de la arboleda, y ese renombrado 'frescor' del litoral californiano, que pronto me fuerza a cubrirme las patas. Ese contrapunto de sensaciones es mi nirvana matutino.
Sin embargo, esa bienaventuranza matinal se fue al cipote hoy. En el sitio web de la BBC, me topé con un video cuyo contenido mostraba eventos similares a los que vivimos mi hermana y yo, en la Plaza San Francisco de Asís de La Habana vieja, hace mucho años.
En el video de la agencia británica de noticias, un oponente del presidente bielorruso Alexander Lukashenko... bueno, mejor vea el video más abajo por usted mismo.
En nuestro caso, corríamos cogidos de las manos, perseguidos por una multitud, cuando un taxi se nos atravesó en el camino y logramos pararlo. Saltamos a su interior, y cuando el chofer se percató de la turba vociferante que se abalanzaba, salió disparado del lugar chillando ruedas. Todas estas escenas terribles ocurrieron frente a la casa del santo. Y aunque no soy religioso, siento que quizás San Francisco de Asís le puso punto final a la situación haciendo aparecer el taxi. ¡Porque encontrar realmente uno disponible, en esa época, fue un milagro!
Esta historia ya ha sido narrada en mi bitácora. Pero la traigo nuevamente a colación por dos motivos:
Primero, porque no es lo mismo cuando uno expresa terror y acoso por medio de palabras, que cuando uno lo hace por medio de imágenes.
Segundo, porque este tipo de eventos abusivos y criminales contra los disidentes cubanos*, de poco conocimiento interna y externamente debido al control sobre los medios de comunicación, siguen sucediendo en Cuba, ya sea con la venia, o no, de las autoridades cubanas.
A continuación, el video de la BBC.
* Nosotros no éramos 'activistas' disidentes. Pero
buscábamos salir del país, y eso era considerado disidencia.
Una notable funcionaria cubana declaró, un tiempo atrás a una publicación europea, que no entendía el odio hacia el país por parte de algunos sectores 'externos'. Tristemente, ella generalizaba, pero también confundía odio con la aversión que produce la intolerancia ideológica y política que sustenta la élite, en total control, a la cual ella pertenece. Quienes viven a su modo, encerrados en una brillante y colorida burbuja, es lógico que posean una visión edulcorada y distorsionada de la realidad circundante.No entienden y no aprenden. ¡Y eso es peligroso!