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3 de septiembre de 2020

Larry Kramer, Dramaturgo y Declarado Activista contra el SIDA, Muere a los 84 años

Larry Kramer, Dramaturgo y Declarado Activista contra el SIDA, Muere a los 84 años

Trató de impactar al país para que enfrentara el SIDA como una emergencia de salud pública, y previó que podría matar a millones independientemente de su orientación sexual.


El autor y activista Larry Kramer en una conferencia sobre el SIDA en Nueva York en 1987. A principios de
 la década de 1980, el Sr. Kramer fue de las primeras personas en prever que, lo que al principio había
 causado alarma como una forma rara de cáncer entre los hombres homosexuales, se extendería por
todo el mundo y mataría a millones de personas.


Por Daniel Lewis

Larry Kramer, el destacado escritor cuya campaña estridente y antagónica para una respuesta total a la crisis del SIDA, y que ayudó a cambiar la política nacional de salud en las décadas de 1980 y 1990, murió en el mes de mayo en la Ciudad de Nueva York, Manhattan. Tenía 84 años.
Su esposo, David Webster, dijo que la causa había sido neumonía. Kramer había resistido la enfermedad durante gran parte de su vida adulta. Años antes, había sido infectado con VIH, el virus causante del SIDA. Pero ya con anterioridad había padecido una enfermedad hepática que lo llevó a tener un trasplante exitoso de hígado.
Autor, ensayista y dramaturgo, especialmente aclamado por su obra autobiográfica de 1985, “El Corazón Normal”, Larry Kramer era reconocido tanto en el mundo de las letras como en la esfera pública. En 1981 fue uno de los fundadores de Gay Men's Health Crisis, la primera organización de servicio para personas VIH positivas, aunque sus compañeros de dirección lo expulsaron un año más tarde debido a su enfoque agresivo. Él les devolvió el cumplido llamándolos "una triste organización de mariquitas".

Fundó entonces un grupo más militante, Act Up (SIDA Coalición para Desatar Poder) cuyas acciones callejeras, que exigían una aceleración en la investigación de drogas contra el SIDA, y el fin de la discriminación contra los hombres homosexuales y las lesbianas, interrumpieron gravemente las operaciones de oficinas gubernamentales, Wall Street y la jerarquía Católica Romana.

"Uno de los alborotadores más valiosos de Estados Unidos", lo llamó Susan Sontag.
Incluso algunos de los funcionarios, a los que Kramer acusó de "asesinato" y “genocidio", reconocieron que sus arrebatos eran parte de una estrategia para conmocionar al país, y hacer que se enfrentara al SIDA como una emergencia de salud pública.

A principios de la década de 1980, Kramer fue uno de los primeros activistas en prever que, lo que al principio había causado alarma como una forma rara de cáncer entre los hombres homosexuales, el SIDA se propagaría por todo el mundo, como cualquier otra enfermedad de transmisión sexual, y mataría a millones de personas sin importar su orientación sexual. Dadas las circunstancias, dijo: "Si escribes una carta tranquila, y se la envías por fax a nadie, se hunde como un ladrillo en el río Hudson”.

El experto en enfermedades infecciosas Dr. Anthony S. Fauci, director durante mucho tiempo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, fue uno de los que recibió el mensaje, después de que Kramer escribiera una carta abierta publicada en The San Francisco Examiner en 1988 llamándolo un asesino y "un idiota incompetente".
"Una vez que superaste la retórica", dijo el Dr. Fauci en una entrevista para este obituario, "descubres que Larry Kramer tenía mucho sentido y un corazón de oro".

El señor Kramer, dijo el reconocido científico, lo había ayudado a ver cómo la burocracia federal realmente estaba frenando la búsqueda de tratamientos efectivos. Le dio crédito a Kramer por desempeñar un papel "esencial" en el desarrollo de regímenes de medicamentos elaborados que podrían prolongar la vida de las personas infectadas con el VIH, y en impulsar a la Administración de Alimentos y Medicamentos a simplificar su evaluación y aprobación de ciertos medicamentos nuevos.

En los últimos años, Larry Kramer desarrolló una amistad a regañadientes con el Dr. Fauci, particularmente después de que desarrolló una enfermedad hepática y fue sometido a un trasplante en 2001. Posteriormente, el Dr. Fauci lo ayudó a participar en un ensayo con medicamentos experimentales que salvaron vidas.
El vínculo se fortaleció este año, cuando el Dr. Fauci se convirtió en la cara pública del grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre la epidemia del coronavirus, lo cual provocó críticas en algunos sectores.
“Volvemos a ser amigos”, dijo Kramer en un correo electrónico al reportero John Leland de The New York Times, para un artículo publicado a fines de marzo. “Siento pena por el modo que lo están tratando. Le envié esto por correo electrónico, pero su respuesta de una línea fue, 'Agáchate'".
A su muerte, Kramer estaba trabajando en una obra de teatro centrada en la nueva epidemia. “Es sobre cómo los homosexuales han tenido que vivir tres plagas”, le dijo a Leland: el VIH / SIDA, el Covid-19 y la decaída del cuerpo humano. Una inevitabilidad que experimentó el año pasado, cuando se rompió una pierna al caerse en su apartamento. Tuvo que permanecer en el suelo durante horas, esperando a que un asistente llegara a su domicilio.
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Maestro de la Provocación

Kramer disfrutaba la provocación en sí misma: una vez le presentó, a su mascota terrier, al alcalde de Nueva York Edward I. Koch, como el hombre que estaba "matando a los amigos de Papá”. Esto a veces podía eclipsar sus logros como autor y activista social.

Su mayor éxito como escritor fue una adaptación cinematográfica de “Women in Love”, de D.H. Lawrence, de la que había obtenido los derechos cinematográficos con 4.200 dólares de su propio dinero. También produjo la película, que fue un éxito de taquilla cuando se estrenó en 1969. Éste fue un punto culminante más en su carrera. El guión fue nominado para un Oscar; Glenda Jackson ganó un Oscar como mejor actriz por su actuación; y el director, Ken Russell, se consagró como un importante cineasta.
No fue así cuatro años más tarde, cuando Kramer escribió el guión de una desafortunada versión musical de la película clásica de 1937 "Lost Horizon".

Eventualmente, Kramer se dedicó a escribir temas gay. Y en su primera novela, “Faggots (Maricones)“, lo hizo con desquite. La obra, una mirada mordaz al sexo promiscuo, el consumo de drogas, la depredación y el sadomasoquismo entre los hombres homosexuales, fue un pararrayos desde el día de su publicación en 1978.
Algunos críticos simplemente la encontraron no creíble. Por el contrario, respondió Kramer, era más un documental que una obra de ficción. Otros se quejaban de que difamaba a los homosexuales en general, que carecía de mérito literario y que la Epifanía (manifestación) del narrador: uno “debe tener la fuerza y coraje para decir no”, no fue exactamente un golpe de genialidad.
"Faggots" trazó una línea entre el Kramer y un número significativo de hombres homosexuales, que lo veían como un moralista pasado de moda o incluso como un histérico. En varios foros, hasta bien entrada la década de 1990, se vio obligado a defender su punto de vista, que era esencialmente que los hombres gay y las lesbianas tenían menos posibilidades de vivir una vida plena, o producir un gran arte, siempre que se definieran a sí mismos principalmente en términos de su orientación sexual. Predicó no solo el sexo protegido, sino también las virtudes del afecto, el compromiso y la estabilidad, argumentos que anticipaban los valores del movimiento por el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Una infancia inquieta

Laurence ‘Larry’ David Kramer nació el 25 de junio de 1935 en Bridgeport, Connecticut, el segundo hijo de George y Rea (Wishengrad) Kramer. George Kramer había obtenido títulos universitarios y de derecho en la Universidad de Yale, pero no pudo ganarse la vida dignamente durante la Depresión. Rea Kramer apoyó a la familia trabajando en una zapatería y enseñando inglés a inmigrantes. En 1941, George consiguió trabajar para en el gobierno en Washington y la familia se mudó.
Según él mismo, tuvo una infancia miserable y odiaba a su padre. Su protector hermano mayor, Arthur, era el erudito-atleta de la familia, en camino de convertirse en un destacado abogado. Larry leía las columnas de chismes de Hollywood.
"Desde el día en que nació Larry, hasta el día en que murió mi padre, fueron antagonistas", dijo Arthur Kramer a Vanity Fair en 1992.

Los dos hermanos tampoco estaban siempre en buenos términos. En "The Normal Heart", Arthur Kramer está representado por el personaje de Ben Weeks, un hombre con sentimientos ambivalentes sobre la homosexualidad de su hermano. Pero compartieron un afecto duradero hasta la muerte de Arthur en 2008. En 2001, Arthur donó un millón de dólares a Yale para establecer la Iniciativa Larry Kramer para Estudios de Lesbianas y Gays. Su bufete de abogados se volvió activo también en el trabajo legal gratis para causas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En 2013, Kramer se casó con su pareja, David Webster, en una ceremonia en la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Langone de la NYU, donde se estaba recuperando de una cirugía por una obstrucción intestinal.

En 1953, al igual que su padre y su hermano antes que él, se matriculó en Yale. Estudió literatura inglesa, intentó suicidarse una vez y tuvo un romance liberador con un profesor.
Después de graduarse en 1957, y servir una gira en el ejército, trabajó en Nueva York, primero para la Agencia William Morris y luego para Columbia Pictures. En 1961, Columbia lo envió a Londres, donde trabajó como ejecutivo de producción en los filmes Dr. Strangelove y Lawrence of Arabia. Regresó a los Estados Unidos en 1972.

Empezó a trabajar en asuntos relacionados al SIDA en el verano de 1981, después de leer un artículo sobre casos mortales a causa de un cáncer poco común, sarcoma Kaposi, entre hombres jóvenes. Anteriormente, se había asociado principalmente con hombres mayores. Una reunión de unas 80 personas, en su apartamento de Nueva York la semana siguiente, llevó a la formación de Gay Men’s Health Crisis (Crisis de Salud de Hombres Gay).
Durante los siguientes años, Kramer se dedicó a la recaudación de fondos, el cabildeo y la confrontación, y también a sus escritos. Su ensayo histórico “1.112 y contando”, que apareció en la edición del 14 de marzo de 1983 de The New York Native, fue uno de los muchos artículos que criticaron a los hombres homosexuales por su apatía.

"El corazón normal"

La urgencia de su vida encontró camino en sus obras. “The Normal Heart”, que se estrenó en el Public Theater en abril de 1985, en cartelera durante nueve meses, fue un relato apasionado de los primeros años del SIDA y su campaña para conseguir que alguien hiciera algo al respecto.
“The Normal Heart” regresó a los escenarios en 2011, con un efecto poderoso. “Al final de la obra”, escribió Ben Brantley del The New York Times en su reseña, “incluso las personas que piensan no tener paciencia para el teatro polémico, descubre que su resistencia se derrite en lágrimas. No, mejor dicho, sollozos ".

Esa producción ganó el premio Tony al mejor reestreno de una obra. Una adaptación de HBO, escrita por Kramer, ganó el Emmy 2014 como película sobresaliente para televisión.
Menos exitoso fue “Just Say No” (Simplemente Di No), una versión de moralidad oficialista dirigida, entre otros, a Ronald y Nancy Reagan. Ampliamente criticada como cruda y desagradable, se estrenó en octubre de 1988 y cerró un mes después.
Ese mismo año, pruebas confirmaron lo que Kramer había sospechado durante mucho tiempo: era portador del virus que causa el SIDA.
"Un nuevo miedo se ha unido ahora a mi repertorio diario de emociones, y también a las nocturnas”. En 1989, escribió en el epílogo de una edición posterior de su libro "Informes del Holocausto: la creación de un activista del SIDA”. "Pero la vida también se ha vuelto excepcionalmente más preciosa e, irónicamente, soy más feliz".

Kramer dirigió su atención a otra pieza teatral autobiográfica, y que últimamente tituló “The Destiny of Me” (El Destino Mío), puesta en escena en 1992. Recordando el desarrollo de esa pieza en un ensayo para The Times, la llamó "una de esas obras sobre ‘memorias de familia”, y que sospecho la mayoría de los dramaturgos se sienten obligados a probar suerte en un débil intento por descubrir qué han sido sus vidas, antes de que sea demasiado tarde.

Cuando la obra cobró vida, durante los ensayos en el Circle Repertory Company, Kramer escribió que fue una revelación incluso para él: “El padre que odiaba se convirtió para mí en alguien triste; y la madre que adoraba se volvió un poco menos adorable, y no menos triste".
Él y David Webster, un arquitecto, comenzaron a vivir juntos en 1994. Kramer entonces pudo dedicar gran parte de su tiempo a escribir, a pesar de estar enfermo por muchos años más. Creyendo que moriría pronto, comenzó a poner en orden sus asuntos literarios. De hecho, erróneamente, The Associated Press informó en 2001 que había muerto.

Sin embargo, el verdadero giro de la trama fue que la infección de VIH no había progresado. En su lugar, tenía una enfermedad hepática terminal, atribuible a una infección por hepatitis B ocurrida décadas antes, y fue sometido a un trasplante de hígado en Pittsburgh, unos días antes de la Navidad del 2001.
Al mismo tiempo, había estado trabajando en un proyecto gigantesco, una novela histórica llamada "The American People”. Por supuesto, refiriéndose al pueblo estadounidense gay. Un principio central en el cual formaban parte muchas figuras históricas importantes del país, incluidos George Washington y Abraham Lincoln, quienes habían tenido relaciones homosexuales.
En 2015 fue publicado el primer volumen, de casi 800 páginas. En 2020 fue publicado el segundo volumen, con más de 80 páginas.
Las críticas de “The American People, Volume 1: Search for My Heart” no fueron amables. Dwight Garner de The Times, por ejemplo, lo llamó "una novela frenética que genera poco o ningún impulso narrativo".

"No se le prestó mucha atención seria", dijo Kramer a The Times en 2017. "La mayoría de la gente parecía criticarme a mí, no al libro: El activista que vocifera, Larry Kramer, ha escrito un libro vociferante".
"The American People, Volume 2: The Brutality of Fact.", cuyo protagonista se basó en en él mismo, llevó su historia casi hasta el presente, y señaló ásperamente a personajes claramente basados ​​en Ronald Reagan, Hugh Hefner y otros. Las críticas no fueron mucho mejores.
Pero si bien Dwight Garner también encontró muchas cosas desagradables en el segundo volumen, su revisión en The Times no fue indiferente.
"Es un desastre, una locura cubierta de azulejos espejados, pero de alguna manera es hermosa y humana", escribió. "No puedo decir que me haya gustado. Sin embargo, en cierto nivel, me encantó ".

En 2017, mirando hacia el pasado en sus primeros días como activista, Kramer, frágil pero aún apasionado, explicó el pensamiento detrás de su enfoque:
“Estaba tratando de hacer que la gente se uniera y enojara. Me conocían como el hombre más enojado del mundo, principalmente porque descubrí que la ira te llevaba más lejos que si eres amable. Cuando empezamos a abrirnos paso en los medios de comunicación, para la televisión era mejor que fuese así, y no alguien agradable".

Kramer en 2017. “Una vez que superaste la retórica”, dijo el Dr. Anthony Fauci, un adversario que se hizo
 amigo, “descubres que Larry Kramer tenía mucho sentido y, además, un corazón de oro."


Daniel E. Slotnik contribuyó con el reportaje.

Traducido por Oliverio Funes Leal